Los rostros de la república, por P. S. Calderón
Los rostros de la república, por P. S. Calderón

Se habla muchas veces de qué pasaría en España si se proclamara la república, si habría un presidente y un primer ministro como en Francia o si solamente habría una figura que presidiera la jefatura del Estado, un solo presidente como en los EEUU. Si España fuera mañana República, ¿qué rostro sustituiría al de Su Majestad Juan Carlos I ? No voy a entrar en especulaciones sobre qué pasará mañana, pero si puedo decir quienes componen hoy en día los rostros de la República. Sí. He dicho bien. Rostros. En plural, porque nunca habremos de identificar a la República con una sola persona, de lo contrario nos equivocaríamos. Res Publica significa en latín «cosa pública» y esto nos debe hacer vislumbrar una máxima: la República somos todos, mejor dicho, seremos todos. Pero a día de hoy hay muchas caras, muchos rostros  que componen esa idea llamada República que aspiramos y anhelamos conseguir. Los más destacados son estos:

Los casi 5 millones de parados,los jóvenes becarios con carrera que trabajan más horas que nadie y cobran una miseria, los jubilados que tras una larga vida de trabajo ven congelada su pensión, las víctimas de accidentes laborales (que si tienen la suerte de no morir quedan postrados en una silla de ruedas para siempre o con algún miembro mutilado), las y los inmigrantes que trabajan más y cobran menos, los muertos de las cunetas del 36 que solo piden justicia y reparación no para ellos sino para sus pobres familias, los de las horas extraordinarias no pagadas, las mujeres víctimas de la violencia de género de los abusos y del machismo, los miles de jóvenes que dejaron sus estudios para trabajar en la obra y ahora están en el paro, los subsaharianos que mueren en el Estrecho por intentar cruzar nuestras fronteras, las familias que no pueden pagar la hipoteca, los y las homosexuales que casi tienen que dar las gracias porque pueden casarse y ya no son detenidos por leyes como la de Vagos y Maleantes (presente hasta el año 1995, aunque sin efecto para los gays desde mediados de los 80), los gitanos que son mal vistos y señalados como delincuentes, los trabajadores y trabajadoras de España que sufren la flexibilidad laboral, la subcontratación y la deslocalización, los pequeños comerciantes y autónomos que se ven arrollados por las grandes superficies, los agricultores que se arruinan porque todo el beneficio se lo llevan los intermediarios y las grandes cadenas de supermercados, los musulmanes que son acusados por querer poner una mezquita en un país de mayoría católica, los estudiantes que ven privatizada cada vez más la Universidad, los que sufren las listas de espera en los hospitales, los médicos y profesionales de la salud que observan con estupor como se privatiza la sanidad, los católicos que no pueden manifestar públicamente ante los órganos de la Iglesia su apoyo expreso y sin condiciones al uso del preservativo para prevenir el sida y para prevenir embarazos no deseados y que si se divorcian son criticados, los jóvenes que no pueden tener acceso a una vivienda ni emanciparse hasta bien pasados los 30, los padres y profesores que observan como a medida que faltan recursos en la escuela pública la Administración Pública cede terrenos y da recursos cada vez más a los centros concertados y privados, los funcionarios que tras terminar una carrera y sacar unas oposiciones ven reducido un 5% su salario y además les congelan dicho salario, los pocos que quedan trabajando y que ya sufren la reforma laboral (la más regresiva de la historia de la democracia), los ateos que son vistos como un fenómeno extravagante y marginal, los que sufren de ver el maltrato animal y la destrucción y contaminación del medio ambiente… y muchísimos más (los sin techo, los sin voz)

La sociedad que queremos construir será un mural donde figurarán todos los rostros de las personas que he nombrado. Como decía Miguel Hernández «a partir de ahora estamos escribiendo la historia, y esa historia no quedará escrita en unas cuantas páginas: éstas han de componer un libro, y en él hemos de figurar todos.»

República es democracia (con participación real de los ciudadanos), laicismo real del Estado, libertad religiosa para los que quieran creer y libertad para los que no quieran creer, es civismo, es igualdad entre sexos, es justicia social, es respeto y tolerancia a las ideas y opiniones de los demás, es sanidad y educación públicas y de calidad, es solidaridad internacional y cooperación al desarrolllo, es paz entre los pueblos del mundo, es libertad de expresión, es política social, es federalismo y respeto al derecho a decidir de los pueblos, es la economía puesta al servicio de la mayoría y no al revés, es cultura, respeto al medio ambiente,ciencia, técnica, investigación, progreso, en definitiva, es bienestar.

Y en esa pluralidad de rostros que componen la República que algún día construiremos veo rostros blancos, negros y amarillos, son rostros de todo tipo, porque el pueblo es eso. Rostros de árabes, de asiáticos, de españoles, de hombres, de mujeres, de negros, de sudamericanos, de gitanos, de rusos y eslavos, de católicos, de musulmanes, de agnósticos, de ateos, de estudiantes, de trabajadores, de pensionistas, de autónomos, de pequeños comerciantes, de funcionarios, de heterosexuales, de homosexuales…

En resumen, este es el rostro que sustituirá al del rey, el rostro del pueblo.Un rostro anónimo pero decisivo, implacable, el de la mayoría que sufre esta crisis sin haberla provocado. Un día dijo el sub-comandante Marcos: «¿Quieren saber lo que hay bajo el pasamontañas? Cojan un espejo y lo verán.»

domingo, 28 de noviembre de 2010.
PS Calderon es miembro de la Plataforma de Ciudadanos por la Republica de la Region de Murcia