De un tiempo a esta parte los docentes de la región estamos sufriendo un violento ataque. La Plataforma Educación y Dignidad surge al calor de las movilizaciones en la Región de Murcia como respuesta al duro recorte de nuestros derechos como profesores y maestros, y por la defensa de la educación pública en general.
Somos conscientes de que nuestra sociedad se encuentra infectada por la crisis económica, y que se exige una respuesta racional para atajar el problema. Pero esta no puede simplificarse en reducir las prestaciones que la sociedad recibe en forma de enseñanza, sanidad y jubilación, o en recortar el poder adquisitivo de los ciudadanos, para transferir esos mismos fondos a las grandes corporaciones y entidades financieras, con la esperanza de que una vez asegurados sus beneficios seamos todos bañados por la bonanza.
Como parte fundamental de la sociedad, como educadores y como ciudadanos afectados que exigimos participar en diseño de la sociedad futura, hemos constituido esta Plataforma, que pretendemos sea un foro de debate social, y sirva además para organizar y extender la resistencia frente a cualquier recorte antisocial que se ponga en marcha.
El sector público no es una pesada losa que la sociedad soporta, sino que proporciona los servicios esenciales para que ésta se desarrolle. La educación pública en particular es la fuente del conocimiento de la gran mayoría de los ciudadanos, y el conocimiento es un valor que ninguna sociedad avanzada puede menospreciar porque nos proporciona las herramientas para ser dueños de nuestra vida, para ser libres. Sin educación no hay futuro, sin sanidad no hay esperanza, sin administración pública la convivencia se descompone.
Creemos que la enseñanza es uno de los pilares básicos sobre el que se debe sostener cualquier sociedad en el s. XXI. Si se recortan los fondos para ella, si se lastra el poder adquisitivo de maestros y profesores, si se escatima en medios materiales, si se reduce el número de profesores y maestros, se está caminando hacia atrás, se está intentando retroceder decenios.
La Plataforma Educación y Dignidad, que hemos constituido profesores del noroeste de la región murciana, surge con la voluntad de extenderse a otras partes, y declara la firme determinación de oponernos a todos y cada uno de los pasos pretendidos para socavar los avances sociales conseguidos en decenios.
Entendemos que para organizar la resistencia a las presentes o futuras agresiones sociales es necesaria la existencia de colectivos democráticos de amplia participación, que no sólo condicionen a los agentes sociales, sino que también estén resueltos a no dar pasos hacia atrás, que sean el soporte de las movilizaciones, y que aporten la necesaria claridad en cuanto a la dirección a tomar.
Bases funcionales y de principios de la plataforma “Educación y Dignidad”
El desarrollo de las fuerzas productivas facilita a la sociedad poder destinar cada vez más trabajo social y recursos de todo tipo a actividades que, superando el esfuerzo para la subsistencia elemental, permiten impulsar a grados superiores las mismas fuerzas productivas y el desarrollo social. Una parte de esta actividad lo representa la desempeñada por el funcionariado público.
Ahora bien, la dirección que se le imprime a todo tipo de actividad derivada de las administraciones públicas, está condicionada por los centros de poder político y con frecuencia económico. Es aquí cuando al aspecto “servicio social” que está implícito en la actividad del funcionariado, se le superpone una dirección que no es siempre coincidente con el interés colectivo.
La socialización de la educación, mediante el establecimiento de la enseñanza obligatoria y gratuita para todos, la eleva a categoría de servicio público necesario para que una sociedad pueda desarrollarse económica y espiritualmente. Es en ello en lo que fundamentamos la razón de la existencia de la Plataforma Educación y Dignidad: en la comprensión de que la educación y la cultura desprovista de caracteres racistas, clasistas, o sexistas es clave para encarar el futuro.
Sin embargo, la enseñanza obligatoria y gratuita, entendida como uno de los pilares básicos de lo que se ha venido llamando “Sociedad del Bienestar”, está sufriendo embestidas abiertas y solapadas; ataques coherentes con todo un conjunto de reformas aplicadas o previstas, que persiguen disminuir los fondos que la sociedad destina a educación, sanidad, jubilación y protección social en general.
Hoy la retribución de los trabajadores, entre los que nos encontramos los docentes, se desdobla en una parte recibida en especie bajo forma de protección social (sanidad, educación, y jubilación), y otra que adquiere forma de nómina recibida en metálico. A partir de esto es fácil deducir que los recortes a todos y a cada uno de los componentes de la “Sociedad del Bienestar” son una bajada general de los salarios. Cosa esta que contrasta con las medidas de apoyo al mundo financiero, que los estados efectúan. ¿Como es posible que se desvíen millones hacia bancos y cajas, cuando son utilizadas para enriquecimiento de consejeros, ejecutivos y directivos, que ni siquiera se esconden a la hora de hacer públicas sus escandalosas remuneraciones bajo forma salarial, como publican los periódicos especializados en economía?
Con la mayor desfachatez, nos quieren hacer entender que vivir mejor en el futuro significa sacrificarnos para garantizar que “las grandes empresas sean rentables”, o lo que es lo mismo: aceptar una reducción salarial de hecho, para que un reducido grupo de personas sigan controlando los resortes de un sistema económico que claramente les beneficia.
Son tan cortos de miras, que para asegurar que las cosas permanezcan como están, son capaces de sacrificar no solamente el bienestar social general, sino también, poner en peligro la propia reproducción de su sistema en el futuro, reduciendo los fondos destinados a educación, formación y “adiestramiento de mano de obra”.
La crisis económica en la que estamos sumergidos ha destapado las grandes contradicciones que embarazan a este modelo de sociedad; quizás -sino se le pone remedio- hayamos entrado en un largo periodo de descomposición donde la perspectiva sea sólo persistir en el retroceso social y, como consecuencia, cultural y humano. Como solución, nos animan a vivir peor que antes, sin caer en la cuenta que cuando un sistema no puede garantizar que el progreso se expanda a la mayoría, hacer que las personas vivan cada vez mejor, ni extender la cultura y la educación en línea ascendente, es necesario buscar otras formas mas racionales de organización y convivencia.
La Plataforma Educación y Dignidad surge con una clara voluntad de acudir a la cita con el futuro que los seres humanos tenemos planteado; esto es, contribuir al diseño de un Mundo justo, o como mínimo menos injusto. Y lo hacemos desde la óptica de personas comprometidas con la enseñanza como nuestro propio medio de vida, y como nuestra propia forma de aportar socialmente.
Intentamos abrir un foro social, emisor y receptor, de debate y aportación, fundamentado en la búsqueda de la verdad, de lo mejor, mediante la reflexión y discusión abierta sobre lo existente, pero que sostenido sobre la práctica y la experiencia histórica acumulada, sirva para proyectar un futuro creativamente nuevo.
Pero la Plataforma Educación y Dignidad no pretende ser un coto cerrado condenado a interminables discusiones sobre el ser social, sino que nace con la intención de concursar con sus propuestas en todas y cada una de las batallas de resistencia que del resto de la sociedad surjan para hacer frente al oscuro futuro que nos tienen proyectado. Para ello, y con este espíritu, nos plantemos incrustarnos en la sociedad con entidad y estructuración organizativa propia. Organización propia que, si bien no pretende suplantar a las confluentes con nosotros, ya existentes, sí que debe servir unas veces para espolear, otras para influir, y otras para movilizar.
Web de la Plataforma Educación y Dignidad: http://educacionydignidad.blogspot.com