En el Estado español existe auténtico terror a la libre expresión de las ideas en Euskal Herria. Diríase que el resultado de poder alcanzar por fin la paz, tras 50 años de lucha y mucho dolor dejado en el camino, no interesa absolutamente nada a nuestros gobernantes. Pese a la acelerada manipulación de los medios de comunicación con sus viles ataques permanentes a todo cuanto se refiere a la maravillosa tierra vasca, ya no solo en el nuestro, sino en la mayoría de los países, se preguntan atónitos qué es lo que pasa en esa extraña España para que se intente hacer fracasar una a una todas las posibilidades de que, al fin, la paz se haga realidad. Si sigue así, será el propio Gobierno quien tendrá que explicarlo si quiere que este país siga siendo considerado democrático.
Desde luego, en Euskadi hay hechos conseguidos de enorme trascendencia: el rechazo mayoritario a la Constitución española, el no a la OTAN y la paralización de la central nuclear de Lemoniz, desgraciadamente tema de enorme actualidad tras lo ocurrido en Japón. Hace años, recuerdo las declaraciones de uno de aquellas joyas de generales que proliferaban por nuestros lares: “Prefiero el terrorismo a la alternativa KAS, la guerra a la independencia del País Vasco”. Creo que no sufrió condena alguna, no me extrañaría que, incluso, hubiera sido condecorado. Como contraste, inteligente y valientemente, el general Díaz Losada, antiguo Gobernador militar de Guipúzcoa, dijo en “La Gaceta del Norte”: “Si las instituciones del Estado aceptan dar un nivel de autodeterminación o independencia a una región determinada, el ejercito tendría que respetarlo” Fue fulminantemente cesado.
El derecho de autodeterminación es un derecho universalmente reconocido y aprobado por la Asamblea General de las Naciones Unidas, pero aquí la Constitución niega este derecho a los pueblos que conforman el Estado. Define muy bien Miguel Castells nuestra “rareza”. Ocurre eso, dice, porque nos encontramos en un “franquismo constitucionalizado”
Ahora se están viviendo momentos históricos. La izquierda abertzale hace muchísimo tiempo que apuesta exclusivamente por la vía política, tras un riguroso estudio y un análisis muy lúcido plasmado en la resolución “Zutik Euskal Herria”. Así mismo, ETA ha declarado una importantísima tregua. Posteriormente la izquierda abertzale ha presentado el nuevo partido “SORTU”, y los estatutos para su legalización cumplen con creces todos los requisitos de la Ley de Partidos, rompe con cualquier modelo organizativo anterior y rechaza toda violencia, también la de ETA. Con esta firme y clara apuesta para lograr sus objetivos por la vía democrática deja sin argumentos jurídicos a los ilegalizadores. Pero lo que debería ser acogido como una noticia excepcional y cargada de esperanza para que, al fin, llegue la paz a Euskal Herria, ha puesto histéricos al Gobierno español y al Gobierno vasco, el del pucherazo, ya que esa ilegalización de más de doscientos mil vascos es la que les ha llevado donde están: al Gobierno PSOE-PP, y a que por primera vez sea Lehendakari un no nacionalista. En un artículo se pregunta Antonio Álvarez Solís: “¿Pueden ser criminales más de doscientos mil vascos por haber votado a Batasuna?”
Ante la aparición del nuevo partido, SORTU, se han puesto en marcha todos los mecanismos y trucos para intentar presionar al Tribunal Supremo e impedir su legalización, que deniegue su inscripción en el Registro de Partidos.
Los argumentos de la Abogacía del Estado no tienen desperdicio: “El rechazo estatutario del terrorismo (por parte de SORTU) es cosmético, retórico e instrumental, no real” La demanda de la Abogacía del Estado se basa en una serie de informes de la policía y de la Guardia Civil. Por su parte, el Fiscal General del Estado, Cándido Conde Pumpido, dijo que actuará contra SORTU como ya hizo con ANV, elaborando “complejas argumentaciones jurídicas con las que llenar un vacío normativo” Es algo similar a lo que el ex ministro de Justicia, Juan Fernando López Aguilar, ideó para impedir la puesta en libertad de los presos que ya habían cumplido sus condenas. Otra afirmación del fiscal, en un desayuno organizado por Europa Press es que “simplemente no puede inscribirse como partido porque no lo es”. El portavoz del PNV en el Parlamento de Gasteiz, Joseba Egibar, calificó estos argumentos y los de la Abogacía del Estado como un insulto a la inteligencia ciudadana.
Hace veinticinco años escribí un artículo en el diario Egin que se titulaba: “Noticias de prensa”. Curiosamente, en esa regresión en la que nos hallamos inmersos, todo cuanto está acaeciendo era meticulosamente preparado ya entonces con un único objetivo: agotar cualquier esperanza que hiciera posible la paz en Euskadi. Ahora que la policía y la Guardia Civil están tan actuales por ser fuentes de inspiración para la demanda de la Abogacía del Estado, quisiera recordar algo que decía entonces: “ La policía ha llegado al convencimiento de que ETA no es sólo una organización armada, sino un “complejo”. Este es el resultado de un informe enviado a la Audiencia Nacional por el Gabinete de estudios de la Comisaría General de Información. En el denominado “complejo” ETA existe una auténtica “división del trabajo”, según las pruebas recogidas, en su mayoría simples recortes de prensa.
Entre las organizaciones que apoyan el mencionado “complejo” se citan las siguientes: Comités de parados, Comités Anti-OTAN, Comités Antimilitaristas, Comités Ecologistas, Herri Batasuna, Gestoras Pro Amnistía, Comités Antinucleares, Comité de Refugiados, Coordinadora de Comités de Solidaridad con Nicaragua, las peñas Sanfermineras de Pamplona, Asociación derechos Humanos del País Vasco, el sindicato LAB, el colegio de abogados de San Sebastián y el Obispo de Vitoria, José María Larrauri.”
No se pueden ilegalizar las ideas, ni condenar a varios años de cárcel por pensar diferente. Tampoco se puede silenciar a un pueblo. Poner obstáculos para la paz es un hecho de extrema gravedad. Sé que no tengo remedio y que la utopía forma parte de mi vida, pero sigo creyendo que la paz aún es posible.
Este 14 de abril se cumplen 80 años de la República. Mi recuerdo más emocionado a Pepe Bergamín, que tan vinculado estaba a la República y a Euskadi.
Madrid, 18 de marzo de 2011