La Espe, la cultura y la ortografía
La Espe, la cultura y la ortografía

Esperanza Aguirre, que quiere ser la “Sarah Palín” de las Españas, se ha retratado. En una carta dirigida a 21.000 profesores de la comunidad madrileña para intentar justificar su política de recortes y tratar de evitar una posible huelga, comete un ingente número de faltas de ortografía. No acentúa donde debe (palabras más y está en varios párrafos), acentúa donde no debe (cómo) en otros, pone coma donde van dos puntos, redunda sintácticamente (“profesores de educación”) y pone un número exagerado e inoportuno de palabras con inicio en mayúscula.
Parece un ejercicio de redacción de un mal alumno de secundaria y lo ha redactado o escrito la presidenta de la Comunidad de Madrid y su numerosa cohorte de asesores. Todo un ejemplo. De lo que somos y de lo que podemos ser.
La identidad iletrada de muchos políticos sirve para lo que sirve. Para que nos gobiernen los asnos. Y las asnas, por muy “grandes” de España que sean.
Esperanza fue, nada menos, que ministra de Educación en el gobierno de Aznar. Y así hemos quedado. De educados. La pila bautismal de esta logrera de la política ha marcado su huella. Su marido fue interceptado circulando a 160 kilómetros por hora y alegó que los aparatos de medida estaban estropeados. La Espe dice que “su” carta ha sido manipulada por CC.OO. Y la han recibido 21.000 profesores. Naturalmente, educadores. Hasta la próxima, en que la culpa será del empedrado.
Es verosímil que la Espe aspire a ser presidenta de nuestro país. Visto lo visto, sería como el fin de la historia. Y nombraría a su marido-marques, director general de tráfico. Ya hay un pirómano del PP como concejal de medio ambiente.
La historia de este país está casi concluida. Se vuelve a loar a la División Azul, las calles vuelven a tomar los nombres de eximios fascistas, los analfabetos gobiernan.
Ya sólo falta volver a quemar los libros.