Profesores y alumnos del Ezequiel González claman contra los recortes
Profesores y alumnos del Ezequiel González claman contra los recortes

La concentración ha carecido de índole institucional y ha aprovechado el recreo para defender la enseñanza pública

Ha sido su recreo más reivindicativo. Un grupo de profesores y de alumnos del instituto segoviano Ezequiel González han sacrificado el asueto de media mañana para alzar la voz contra las políticas de recortes que «ya se están dejando notar». Así lo ha lamentado Julio García, uno de los docentes que ha participado esta mañana en la concentración. «No nos tenemos que callar porque se están cargando el sistema, no solo en educación, también sanidad», se queja este educador, quien ha dejado bien claro que el acto de protesta llevado a cabo carecía de todo carácter institucional.
La comunidad del Ezequiel González no ha sido la única que la clamado contra la política del tijeretazo y los excesivos ajustes que se avecinan. Sus compañeros del Mariano Quintanilla, centro de Secundaria anexo al instituto, también han secundado las reivindicaciones. Un profesor ha leído un manifiesto redactado por un estudiante. Los concentrados han exhibido sus soflamas en pancartas y carteles e incluso el verde que identifica la marea de las protestas de los colegas que trabajan en la educación pública madrileña también ha estado presente.
Julio García ha escenificado la crudeza del panorama que se presenta con los planes de racionalización. El docente augura que el aumento de horas de trabajo para el año pasado traerá consigo que haya profesores que se tengan que ir a la calle». No es un problema de tener que meter más horas, dice, sino que el trauma viene porque la calidad de la enseñanza se verá mermada. Los recortes van a abocar a la desaparición a algunos programas específicos dedicados a la atención de alumnado con necesidades especiales, cita el docente. De momento, esos tijeretazos ya afectan a los presupuestos porque el dinero «anda ya muy justo y no nos va a llegar a lo de otros años».
El acto también ha sido un alegato en favor de las excelencias de la enseñanza pública, gratuita y laica y en contra del despilfarro de fondos públicos que a día de hoy van destinados a los centros concertados cuando hay más de mil vacantes en las aulas de lo colegios públicos.