Cuando la nieve no sea blanca, por Gabriel Alcolea
Cuando la nieve no sea blanca, por Gabriel Alcolea

Es tan difícil que se produzca este fenómeno, como que podamos ver que cualquiera de los dos partidos mayoritarios, mantenedores, junto al resto de la Cámara, de este circo y corrupto régimen monárquico, haga algún planteamiento práctico y racional que beneficie a la mayor parte de los españoles. O ver, que los medios de comunicación dejan de manipular las mentes de los que les leen, escuchan o ven; o ver cómo la iglesia católica deja de injerir en temas estrictamente políticos con el beneplácito de todos ellos y se atenga exclusivamente a sus púlpitos; o ver que la presidencia de los empresarios españoles es ocupada y aplaudida por alguien que confiesa tener pánico a contratar personas, cuando ha heredado el cargo de un verdadero delincuente económico y social que se ha ido de rositas, dejando en la calle a miles de trabajadores; o ver cómo Rajoy aclara de una vez que quiere decir con aquello de “disminuir el gasto público y afrontar sacrificios”; o ver como algo natural que una televisión –la vasca- se niegue a retrasmitir el mensaje navideño de alguien por el que no se sienten representados.

Posiblemente, la nieve cambiaría de color si pudiéramos ver que el Gobierno –éste o el que viene-tomara medidas drásticas y efectivas con la banca española y los grandes capitales españoles, para que con su actual planteamiento, su desidia y su avaricia de siempre, no hundieran más las menguadas economías de los más débiles; o ver que mengua tanta desigualdad social; o ver que la gran bolsa de la economía sumergida -26%- es investigada a fondo y tratada como esos mafiosos merecerían: una buena temporada en una suite estatal de lujo enrejada; o ver como el “infalible” Mafo, Gobernador del Banco de España, deja de tocar las narices a todo el mundo y se dedica a trabajar de verdad, al menos hasta justificar los más de 200.000 euros anuales que se embucha con total desvergüenza e impunidad, dejando que los capos políticos y financieros se engullen jugosas millonadas a nuestra costa; o ver que alguien explique la verdad sobre la tan cacareada cifra de cinco millones de parados y, aunque no fuera cierta, que los poderes públicos, a falta de empresarios de verdad, remedie esta sangría del paro con medidas y políticas sociales que nos acerquen a la media europea; o ver que alguien cuenta de una vez por todas la verdad sobre ETA y a quién le interesa, y porque motivos, que este bandolerismo siga en España; o ver que el pueblo entero sale a la calle ante los recortes, las reformas y las amenazas constantes de los sicarios -financieros y políticos- de los verdaderos amos del mundo; o ver que en nuestro país se cumple aquello de que todos los votos son iguales; o ver que las gentes de izquierdas y republicanas, logran aunar sus fuerzas para dar la batalla a quien no quiere dejarnos vivir con dignidad, ni quiere que nuestros hijos tengan las mismas posibilidades que otros cualesquiera, sin depender del patrimonio paterno, ni de signos religiosos, ni de idearios políticos.

Quizás, algún día, cuando la nieve cambie de color, los españoles todos, podremos elegir libremente a nuestra máxima magistratura, a nuestro Jefe de Estado. Entonces, ese día, empezaremos a degustar lo que es la democracia de verdad y dejaremos de conformarnos con las migajas de duro pan de cuatro derechos individuales y políticos.